Friday, July 17, 2009

Con sabor a maple amargo...


Últimamente algunos acontecimientos en mi vida y el mundo me han hecho ver la no empatía (por no llamar egoísmo) del ser humano hacía sus iguales. No quisiera pensar que es parte de nuestra naturaleza, prefiero pensar que es algo aprendido y algo que se puede cambiar al exponerse a ambientes distintos.

Hace unos días amanecimos con la noticia de que la relación México-Canadá ha cambiado para siempre. Después de tener una relación cordial, Canadá ha decidido exigir visas a cualquier mexicano que quiera entrar a su país. Wow, ¡que shock! En verdad nos tomó por sorpresa a todos, aunque no puedo negar que esto ya se veía venir. En el tiempo que llevo en Canadá he escuchado y visto de primera mano historias de personas que por no saber que hacer con su vida, por aburridos o tristemente sólo por abusivos han decidido subirse a un avión con status de turista y bajarse con la clara idea de pedir refugio (¿De qué? ¡Ni ellos mismos saben!).

En este momento México tiene el primer lugar en peticiones de refugio y si esto no fuera suficiente hay que saber que después de las investigaciones pertinentes se ha encontrado que casi el 90% de ellas son falsas. Sabiendo esto y sabiendo también que a toda acción hay una reacción me parece sorprendente que no sólo hayamos entrado en shock con la noticia, sino que además culpemos a Canadá y a sus políticos de esta mala decisión.

Puedo aceptar que tal vez el método y la forma no fueron las correctas. Canadá dejo con planes, boletos, sueños y maletas en mano a muchos, creo que su flexibilidad y cordialidad dejo mucho que desear. Tan fácil que hubiera sido no aceptar ninguna petición de refugio (de ciudadanos mexicanos) por el siguiente mes y medio y aceptar a todos los turistas que tuvieran visitas planeadas para ese mismo mes y medio y que hubieran comprado su boleto antes de la imposición de la visa.

No sé sinceramente que haya pasado ahí, sin embargo, en mi muy personal opinión creo que si hay que estar molestos con alguien es con nuestros compatriotas mexicanos quienes decidieron sacar ventaja de un sistema honesto que tiene como principio la esperanza de vida para gente que está en condiciones que atentan contra su supervivencia. Tal vez sería hora de cuestionarnos sobre la raíz del problema y el por qué hay tantos mexicanos tratándose de salir de nuestro país, pero bueno creo que ese tema da para mucho que por el momento no quiero tocar.

Llegar como inmigrante a Canadá no es nada fácil, nosotros después de un tramite de casi un año, en el cual llenamos aplicaciones, hubo entrevistas, exámenes médicos y por supuesto pagos bancarios y comprobación de fondos que aseguraran nuestra caída de inauguración a la tierra de maple, tuvimos que lidiar con miles de retos a pesar de ya contar con nuestro estatus oficial de residentes canadienses.

Con títulos universitarios en mano y después de haber renunciado a nuestros trabajos en México, nos tocó empezar a trabajar en tiendas departamentales para tener la llamada “Canadian experience” ya que nadie reconocía las universidades y empresas transnacionales de nuestros currículos. Después de muchos esfuerzos, de renunciar a nuestras profesiones, de peleas, cuestionamientos, llantos y alguno que otro trago amargo, 6 años después, estamos establecidos con la vida que soñamos entonces. Pero durante estos años a pesar de habernos ganado con puntos y pagos nuestro estatus de residentes, jamás recibimos dinero por parte del gobierno cuando nuestros ahorros se agotaron, nadie nos ayudó a conseguir un apartamento cuando nadie quería rentarnos uno por ser nuevos en el país, ni ninguna trabajadora social vino a ayudarnos cuando tuvimos nuestra primera crisis y no sabíamos como resolver ciertas situaciones.

Hoy nos preguntamos ¿por qué Canadá ha puesto este nuevo requerimiento? Si pensamos en que en sólo un año se juntaron casi 12 mil peticiones de refugio y que el trámite de corroboración de esta misma petición toma éste mismo tiempo y que a cada solicitante se le paga mas o menos $600 dólares mensuales por este año así como $500 dólares por cada hijo, es un poco obvio.

A los refugiados se les da un número de seguro social que les permite trabajar legalmente en Canadá, se les proporciona dinero no sólo para dar el depósito y primer mes de renta sino también para amueblar su casa. Se les dan clases de inglés gratis, así como acceso a escuela pública para los niños, ayuda psicológica para manejar estrés en el nuevo país y guía para encontrar trabajos, entre muchas otras cosas más. Después de un año de trámite y de encontrar falsa la petición, estas personas tienen todavía el derecho de apelar y quedarse mínimo un año más. Si al final de todo se comprueba que la petición era falsa, al parecer van de regreso a su país con todo y boleto pagado.

Esto lo sé de “compatriotas” que conocí en la calle y que lo hicieron o peor aún de “amigos” de mis amigos que dijeron que venían de vacaciones, pidieron mis datos y al llegar aquí solicitaron el refugio y después me contactaron para pedirme trabajo en mi negocio después de contarme con una orgullosa sonrisa su grandiosa idea/aventura.

El cinismo era tan grande que en Montreal conocí un grupo de “niños bien” que decidieron venirse a estudiar francés patrocinados por el gobierno de Canadá con su estatus de refugiados. Y lo peor es que te aclaraban que aunque les dieran la residencia ellos se regresarían a México porque éste era sólo su año sabático.

Si después de leer todo esto, seguimos creyendo que es una injusticia lo que acaba de suceder, creo que estamos mal. No se si ésta sea la solución adecuada lo que si sé es que Canadá no podía quedarse con los brazos cruzados por más tiempo.

Al tener una nacionalidad tus acciones hablan por las de toda tu gente, es muy triste llegar a otro país y que la gente te etiquete como la persona del “mañana” o como “el tranza”. Este tipo de eventos nos hacen retroceder a todos los que llevamos años luchando contra estos estereotipos latinoamericanos.

Cuando entendamos que a toda acción hay una reacción, que lo que hago yo te afecta a ti y lo que haces tú me afecta a mí y que finalmente somos una unidad y un equipo, tal vez dejarán de haber injusticias, visas, restricciones, problemas, carencias y más.

Pero mientras persista la mentalidad del primero yo y luego yo, mientras sigamos preocupándonos sólo por lo que nos pasa a nosotros y no al resto de mundo, nada va a cambiar y a funcionar y seguiremos pagando justos por pecadores. Empecemos con respetar y recordar que nuestra libertad termina donde empieza la del otro. Afortunadamente yo creo en el karma, ¿y tú?

Thursday, July 2, 2009

Paternidad responsable


Aunque sea difícil de creerlo en la casi perfecta ciudad de Toronto se vive una huelga del servicio de recolección de basura que puso mi mañana en un sube y baja de emociones. No escribo para juzgar o estar a favor de ningún tipo de acción pero lo sucedido me trajo pensamientos y cuestionamientos de hacia dónde vamos como sociedad y de qué manera estamos empujando al planeta a su límite.

Al hablar de “paternidad responsable” para nada aludo al gobierno proteccionista de este país, al contrario me refiero a la responsabilidad individual de los seres humanos. Todos somos padres en potencia y afortunadamente en la actualidad es una elección y no una obligación traer niños al mundo.

Muchos dirán que qué voy a saber yo de maternidad cuando aún no soy mamá, ni estoy siquiera embarazada y de hecho hay veces en que después de ver como están las cosas en el mundo dudo si me animaré o no a hacerlo.

Lo único que sé es que pase o no, día a día me preparo para ser una madre responsable. Sí, ya sé que esto suena completamente loco pero con ello me refiero a que ya estoy poniendo mi granito de arena para heredarle a otros o a mi propio hijo, un mundo mejor.

Cuando uno piensa en ser mamá (creo que aquí si tengo autoridad porque lo he pensado varias veces) imagina lo hermoso que será el embarazo, en cómo uno compartirá este suceso con la familia, en las experiencias que este evento traerá a nuestra vida, en las cosas que uno podrá enseñarle a su sucesores y sobre todo en la felicidad que esta aventura inyectará a nuestra existencia.

Algunas personas se asegurarán de estar en las mejores condiciones económicas para traer a su bebé al mundo, las mujeres tomarán vitaminas y ácido fólico. Muchos apartarán lugares en las mejores escuelas o guarderías y hay quienes hasta abrirán alguna cuenta de banco para empezar a ahorrar para la universidad del futuro profesionista. La mayoría tomará su tiempo para escoger el nombre, el color del dormitorio, la cuna, el ahora accesorio básico llamado carreola y algunos secretamente hasta la profesión que les gustaría que tuviera su hijo.

Pero irónicamente son pocos los papás que antes, durante o después del nacimiento de su pequeño se pondrán a preparar un mundo mejor para él. Tal vez muchos verán a largo plazo pero pocos se cuestionarán sobre las condiciones en las que vivirán sus hijos en unos 30 o 50 años o se educarán en cómo dejarles un mundo mejor.

El mundo mejor se convierte en el de trabajar día y noche para darles una buena educación, un techo en el día a día, vacaciones cada año, sus juguetes favoritos pero queda olvidado el ofrecerles una mejor calidad de aire y de vida, un mundo con menos basura y tráfico y con sistemas sostenibles que prometan un futuro REAL para ellos.

Yo y muchos otros somos parte de una segunda o tal vez hasta tercera generación que está tratando de resolver los problemas heredados del pasado. La escasez de agua, el tráfico, los altos índices de pobreza y de desempleo, la contaminación, la deforestación, la contaminación de los mares, el calentamiento global y aún con todo esto no nos da vergüenza o no nos ponemos a pensar en qué será lo que nosotros heredaremos a los que siguen y peor aún ni siquiera queremos reflexionar si ellos serán capaces de sobrevivir ya que las soluciones se están acabando.

Esto parece disco rayado, lo escuchamos todos los días pero ¿qué acciones tomamos en nuestra vida diaria para darle un giro positivo? Con el pretexto de que un mínimo esfuerzo no cambiará nada, el mundo sigue avanzando hacia el caos. Acciones tan sencillas como usar menos tu auto y caminar más o simplemente intercambiarlo por una bicicleta mientras el clima te lo permita, reciclar, usar productos biodegradables y locales, reducir nuestro consumo de energía apagando las luces cuando no están en uso y usando focos ahorradores de energía, utilizando menos agua al lavar ropa/trastes/dientes o a la hora de bañarse. Siendo vegetariano por lo menos una vez a la semana para con ello reducir la deforestación y el increíble gasto de insumos naturales que conlleva el consumo de carne. Regalarle a otros lo que ya no utilizamos y antes de comprar algo evaluar si en verdad lo necesitamos, ¿para qué generar más basura?

Obviamente lo mejor sería utilizar energía solar, tener coches eléctricos o al menos híbridos pero si estas opciones no están a la mano de todas formas ¡hay que hacer algo!

Leer e investigar que nuevas opciones puedes incorporar a tu vida para tener un menor impacto al medio ambiente y ser más GREEN. Personalmente trato de hacer un poco de todo esto y en mi negocio he buscado opciones amigables al medio ambiente como el uso de bolsas de papel en vez de las de plástico y empaques biodegradables que aunque castiguen nuestra ganancia le dan esperanza al planeta y como decía antes a mis futuros hijos que aún no se si tendré.

Tú que tienes un hermoso bebé en tus manos, hijos corriendo por la casa o que estás planeando traer un ser al mundo, ¿qué estás haciendo por él o por ellos? (Y por el bien de todos, seamos honestos).

Nuestros padres vivieron la cúspide de muchos avances sin vivir las consecuencias y nosotros a pesar de estar viviendo esas consecuencias estamos aún más ciegos y no hacemos las cosas que nos tocan.

Si tienes hijos o planeas tenerlos tienes un compromiso doble con el planeta, qué vas a hacer cuando tu hijo de 10 o 15 años se enfrente a días sin agua, a enfermedades derivadas por el exceso de basura, a problemas de salud como el cáncer, respiratorios, de piel por los componentes del aire o del agua, a conocer animales en fotos porque se han extinguido y tal vez hasta problemas territoriales por la elevación del nivel de los mares. ¿Crees que el dinero podrá resolver esos problemas? ¿Cómo te sentirás cuando pienses que te escudaste en que todo esto no era real y era pura política? Hoy lo vives y lo sientes en el clima, en el aire que respiras, en las horas que te tardas para llegar a tu trabajo. ¿Por qué seguir negándolo?

Entre más personas nos hagamos responsables de nuestras acciones será mas fácil. No te escudes en tu buen trabajo y permitas que empresas que hoy te dan de comer acaben con tu futuro y el de tu familia. Busquemos opciones y sobre todo aprendamos a disfrutar de las cosas gratis de la vida, a compartir con la gente, a ayudar a los que no han tenido nuestra misma suerte, a educar a quien no sepa algo que tu sabes, a respetar a los animales, a darle nuestro apoyo a empresas que den de regreso a sus comunidades y sobre todo busquemos ser FELICES y enseñar a tus hijos a serlo. Recordarles que la felicidad no es material, es un estado mental.
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Si quieres un poco de inspiracion, no dejes de ver Home una excelente película que habla precisamente de nuestro hogar, el planeta Tierra y los retos a los que se enfrenta. Además de su increíble fotografía presenta opciones que nos llenan de esperanza. Lo mejor es que está disponible en YouTube (http://www.youtube.com/watch?v=jqxENMKaeCU) totalmente gratis o puedes rentarla tambien en algún centro de video.

Pero como dije, aun no soy madre pero si un día lo soy espero llevar varios pasos adelante porque desde hoy empiezo este camino para ayudarme a mí, a ti y a los que vengan.